“Detente un segundo, siente tu respiración, nada más, ya es mucho.

Respirar no es una actividad intelectual, respiramos sin haberlo aprendido, sin embargo llevar a la conciencia a nuestra respiración, nos ayudará a entender, a relacionar las limitaciones que están aconteciendo en nuestro cuerpo.

Cuando la respiración es «buena» creamos las condiciones óptimas para la salud y el bienestar. Si recuperamos la plenitud de nuestra respiración también recuperamos muchas otras dimensiones de nuestras vidas.

En nuestra sociedad damos mucha importancia a los conocimientos intelectuales, pero no se nos enseña a sentir y entender nuestro cuerpo y a darnos cuenta de lo que está ocurriendo.

Conectar con nuestra respiración es el primer paso para entender y buscar una solución a nuestro dolor de espalda.”

Bibiana Badenes